A pesar de que puede ser una causa de fracaso escolar, la mitad de los niños en edad escolar tienen problemas de visión sin diagnosticar.
Cerca de un 25% de los niños españoles sufren problemas de visión, según el Consejo General de Ópticos Optometristas. Estas alteraciones comienzan en la edad preescolar y se extienden hasta la adolescencia; engloban la ambliopía u ojo vago, la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo o el estrabismo.
La falta de salud visual puede ser un motivo importante de fracaso escolar, con una alta incidencia en nuestro país. Según un estudio reciente, la mitad de los escolares que necesitan gafas no han sido diagnosticados y un 30% de ellos manifiesta otros síntomas, como la falta de concentración, que nunca llegan a relacionarse con la vista.
De un problema ocular, además, pueden derivarse otras alteraciones del aprendizaje, como una mala comprensión lectora: el niño no puede aguantar la lectura continuada debido al gran esfuerzo que realiza el ojo. Por este motivo, los especialistas recomiendan revisar la vista de los más pequeños durante las primeras semanas de empezar el colegio, es decir, al menos una vez al año. Insisten en que se hace necesario mejorar las cifras, puesto que solo un 27% de las revisiones corresponden a menores de 10 años.
Para la detección de cualquier problema visual, hay que realizar un examen optométrico que incluya, según los expertos, el estudio de la binocularidad (visión en 3D), el análisis de los movimientos del ojo al leer, la refracción visual, la graduación, la sensibilidad al contraste y habilidades visuales en la percepción. Por tanto, no es suficiente con la típica la prueba de agudeza frente a la tabla de cifras y letras de distintos tamaños. En el reciente congreso de la Sociedad Española de Oftalmología, se ha insistido en que sean los oftalmólogos quienes lleven a cabo estos exámenes, ya que un diagnóstico incorrecto puede llegar a agravar los problemas de visión.