Los nutrientes que más favorecen la salud de nuestros ojos se encuentran en las frutas, las verduras, los aceites de pescado y los aceites vegetales.
El estilo de vida que adoptemos puede suponer un riesgo para la vista. Los nutrientes que más favorecen la salud de nuestros ojos están relacionados con las frutas, las verduras, los aceites de pescado y los aceites vegetales, algo que se asocia con una dieta sana, más vegetariana que animal. Por lo tanto, las dietas pobres en estos alimentos y ricas en grasas saturadas, azúcares y proteínas (que favorecen la obesidad, la hipertensión arterial, la diabetes y las hipercolesterolemias) son las que se relacionan con el envejecimiento prematuro ocular.
Las investigaciones sobre antioxidantes confirman la hipótesis de que aumentar el consumo de vitaminas C y E contribuye a prevenir o retrasar algunos tipos de cataratas y la degeneración macular. Asimismo, otros nutrientes antioxidantes, como el betacaroteno y la luteína, pueden mejorar la visión y la percepción de los colores a lo largo de la vida, al tiempo que reducen el riesgo de perder la vista en la vejez. Estudios recientes sobre dos de estos pigmentos (la luteína y la zeaxantina) sugieren su importancia para el cuidado de la vista. Estos pigmentos están presentes en la retina y se cree que mantener un nivel elevado de ellos en la sangre podría proteger los ojos de ciertas longitudes de onda de la luz, que resultan perjudiciales.
Además de algunas vitaminas, también son esenciales algunos ácidos grasos. El ácido graso docosahexanoico (más conocido como DHA) es importante para el desarrollo del cerebro, la vista, el corazón y otras funciones corporales. La opinión científica de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria es que existe una relación causa-efecto entre la ingesta diaria de DHA y el mantenimiento del normal funcionamiento del cerebro y de la visión. Por otro lado, los ácidos grasos omega 3 tienen también efectos saludables en el funcionamiento del cerebro y de la vista. Algunos especialistas señalan que tienen una función preventiva en la degeneración macular del ojo.
Pero el hecho de que las grasas relacionadas con la salud ocular sean insaturadas (vegetales o de pescado) no quiere decir que las grasas saturadas (de origen animal) no sean imprescindibles en la dieta. A través de ellas obtenemos vitaminas liposolubles fundamentales también para la vista, como son las vitaminas A y D.