Una combinación de cirugí­as recupera la función visual de un paciente infantil

Un equipo multidisciplinar del Servicio de Oftalmologí­a del Hospital Clí­nico de Madrid ha llevado a cabo una cirugí­a pionera que ha permitido devolver la visión a una niña de tres años afectada de una patologí­a ocular múltiple y grave en ambos ojos. La novedad del abordaje es que se realizan diversos procedimientos quirúrgicos al mismo tiempo.

Un equipo del Servicio de Oftalmologí­a del Hospital Clí­nico de Madrid, que dirige Julián Garcí­a Sánchez, ha realizado una intervención quirúrgica de elevada complejidad para reconstruir y rehabilitar la función visual de una niña de tres años procedente de Guinea con patologí­a ocular múltiple y grave en ambos ojos, entre ella múltiples tumores de la córnea, glaucoma y desplazamiento del cristalino.

Los tumores dermoides, de origen congénito, impiden a la larga el desarrollo visual normal y suelen derivar, como en este caso, en glaucoma secundario, así­ como en alteraciones del cristalino. Lo novedoso del abordaje llevado a cabo en este hospital radica en que «es la primera vez que se realiza en España, al menos no existe constancia de otro caso, una combinación de diversos procedimientos quirúrgicos oftalmológicos para resolver un problema en un paciente pediátrico», han explicado los integrantes del equipo que ha participado en el proceso: David Dí­az Valle y Rosalí­a Méndez, de la Unidad de Superficie e Inflamación Ocular (USIO); Julián Garcí­a Feijoo, de la Unidad de Glaucoma, y Ramón Torres y Marí­a Jesús Escobar de, Retina, todos del Servicio de Oftalmologí­a.

Los resultados de la intervención han sido muy satisfactorios teniendo en cuenta la evolución y gravedad de la patologí­a de la paciente

Cirugí­as previas

Según Garcí­a Feijoo, la evolución patológica motivó el tener que realizar este tipo de intervención especí­fica. «La niña ya habí­a sido sometida en este centro a varias cirugí­as previas para mejorar su situación: trasplante de córnea y cirugí­as de resección de los dermoides que, no obstante, recidivaron, siguieron creciendo y se fueron asociando a alteraciones secundarias.

El resultado de estos abordajes fue parcial porque permitieron que la paciente recuperara visión durante un tiempo». La última intervención fue realizada a principios del pasado diciembre, tuvo una duración de casi cinco horas y transcurrió sin complicaciones. Como es habitual en intervenciones de alta complejidad, la paciente está sometida a un minucioso seguimiento que continuará a largo plazo para asegurar una adecuada rehabilitación visual y evaluar la posible aparición de posteriores complicaciones.
Básicamente, la cirugí­a ha consistido en la colocación, en el ojo derecho, de un implante valvular de Ahmed para el control del glaucoma, seguido de una vitrectomí­a posterior por ví­a pars plana realizada a través de una queratoprótesis temporal de Eckardt.

El seguimiento a largo plazo es determinante para verificar el estado de la función visual y comprobar si se producen complicaciones

Prótesis reservada

La parte más novedosa de este complejo procedimiento ha consistido en la implantación de una queratoprótesis de Boston tipo I, modelo de córnea artificial, importada directamente desde Boston, Estados Unidos, y que consiste en un dispositivo óptico que va ensamblado en una córnea de donante humano. «Su ventaja es que mejora el pronóstico en múltiples patologí­as de superficie ocular en las que la realización de un injerto de córnea convencional ha fracasado.

En este caso, aunque se opacifique el rodete de córnea que se trasplanta, la zona óptica permanece transparente. Se reserva así­ para casos con cirugí­as previas o para los que se presupone un pobre pronóstico», ha señalado Dí­az Valle. A pesar de que la edad de la paciente no permite aún verificar verbalmente cuál es el estado concreto de su función visual, «se sabe, por su comportamiento, por los datos que aporta la familia y por mediciones oftalmológicas indirectas, que ha recuperado visión.

Se evidencia un resultado satisfactorio en el contexto de una grave enfermedad», según Garcí­a Feijoo. El seguimiento de la niña, a largo plazo, que en principio requerirá revisiones mensuales, será el que verifique el resultado. La principal complicación de las queratoprótesis no es que se opacifiquen sino que se extruyan, que el tejido de alrededor comience a adelgazar y a necrosarse y se pierda el anclaje.