In Memoriam: homenaje a Antonio Gómez, presidente de la Asociación de retinosis pigmentaria de Castilla-La Mancha

Antonio Gómez.

Valgan estos humildes renglones,- humildes por quien los escribe-, para hacer un homenaje a un gran hombre que nos ha dejado, Antonio Gómez, fundador de la Asociación de Retinosis Pigmentaria de Castilla-La Mancha.

Pese a su pérdida, nos ha dejado su legado que cultivó con tesón, honradez y entusiasmo, virtudes que le caracterizaron durante toda su vida. Trabajador incansable desde su infancia, simultaneaba su trabajo en el campo y en el casino que tení­a la familia, con su asistencia a la escuela, consiguiendo entrar a trabajar en la Administración de Infraestructuras Ferroviarias.

Manchego de nacimiento y de vocación, salió de su pueblo, Chinchilla de Albacete, para la capital, para poder trabajar en la antigua Red de Ferrocarriles de España, en la Estación de Prí­ncipe Pí­o. Pasó de una vida sencilla a ser un caballero en Madrid trabajando en las oficinas de Renfe donde ayudaba a todo aquél que lo solicitaba.

Diez años después, volvió a su amada tierra manchega, donde formó una familia con su querida Conchita, musa de sus numerosos y sentidos poemas. Juntos, sacaron adelante a sus cuatro hijos y les dieron una educación universitaria, algo que era muy difí­cil en aquélla época, teniendo que pluriemplearse para ello.

Pese a ser afectado de retinosis pigmentaria, era siempre el “manitas” en la casa y en los fogones, pilar esencial de su familia.

Inventor nato, siempre activo y generoso, consiguió con ese esfuerzo y tesón que siempre le caracterizaron a lo largo de toda su vida, trabajar al frente de su asociación, dedicándole su tiempo y su cariño. Fruto de este esfuerzo, fue crear el pasado año el I Premio Ciudad de Albacete a la investigación en Retinosis Pigmentaria, con el patrocinio del ayuntamiento de la ciudad.

Y valgan de nuevo estas sencillas palabras para cerrar este homenaje sin recordar su mayor triunfo y su mayor legado, el que nos ha dejado a todos sus amigos y a aquéllos que le conocieron, la lealtad con la que vivió porque en el fondo la importancia de la vida radica en la bondad del ser humano.

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