Científicos financiados con fondos comunitarios han conseguido «despertar» conos de visión latentes, una hazaña que podría salvar a millones de personas de la ceguera. Los conos latentes, que suelen permanecer en el ojo incluso después de producirse ceguera, fueron reactivados por un equipo internacional de científicos coordinados por el Instituto Friedrich Miescher (Suiza) y el Instituto de la Visión (Francia). En la revista Science se han publicado los resultados de este trabajo.
El estudio fue financiado en parte por dos proyectos comunitarios: RETICIRC («Métodos basados en circuitos específicos contra enfermedades de la retina»), que cuenta con un presupuesto de 2,25 millones de euros adjudicados mediante el tema Salud del Séptimo Programa Marco (7PM), y NEURAL CIRCUIT («Combinación de métodos genéticos, fisiológicos y de rastreo vírico para comprender la estructura y función de los circuitos neuronales»), que recibió un premio a la excelencia Marie Curie por medio del Sexto Programa Marco (6PM).
En el mundo hay más de 2 millones de personas afectadas por un conjunto de enfermedades agrupadas bajo la denominación retinosis pigmentaria. Se trata de una forma hereditaria de degeneración de la retina que se caracteriza por la pérdida progresiva de la visión hasta sufrir una ceguera total.
Esta patología afecta a los fotorreceptores, que son las células del ojo que convierten la luz en impulsos nerviosos. Estos impulsos son procesados por la retina y enviados al cerebro a través de fibras nerviosas.
Hay dos tipos de fotorreceptores: los conos y los bastones. Los bastones posibilitan la visión nocturna. La retinosis pigmentaria afecta en primer lugar a los bastones, que acaban por quedar destruidos. Los conos, que son los responsables de la percepción de colores y la agudeza visual durante el día, resultan afectados por esta patología en una fase más avanzada y, a diferencia de los bastones, permanecen en el organismo pese a haber dejado de funcionar.
Aunque no respondan a la estimulación luminosa, los conos conservan ciertas propiedades eléctricas y vínculos con algunas neuronas de la retina que envían información visual al cerebro. Hasta ahora no se sabía a ciencia cierta si una intervención terapéutica sería capaz de restaurar dichos conos.
El Dr. Botond Roska, del Instituto Friedrich Miescher, y un equipo de neurobiólogos han creado una terapia génica a base de halorrodopsina de arqueobacterias, una proteína fotosensible capaz de restaurar la funcionalidad de las células cónicas dañadas. Su estudio ha sacado a relucir que la red celular remanente es capaz de reproducir gran parte de las complejas funciones por las que la luz se convierte en señales neuronales. Según los autores, las células latentes ofrecen una importante vía de acceso para intervenir terapéuticamente contra varias enfermedades caracterizadas por la disfunción de los fotorreceptores.
«Creemos que la terapia génica que hemos ideado puede constituir a largo plazo una técnica eficaz y beneficiosa para algunos afectados por la retinosis pigmentaria», declaró el Dr. Roska. Según informó, en la actualidad su equipo se dedica a examinar a distintos pacientes para distinguir cuáles serían los más beneficiados por la nueva terapia.
Para más información, consulte:
Science:
http://www.sciencemag.org/
Friedrich Miescher Institute (FMI):
http://www.fmi.ch/