El investigador debe tomar sus decisiones clí­nicas sin la influencia de intereses ajenos

Médico investigador entre burbujas de colores

Es común que los médicos hagan compatible la asistencia sanitaria con otras actividades como la investigación clí­nica, la formación de futuros profesionales o la responsabilidad en cargos de dirección sanitarias.
El paciente debe ser la prioridad del médico incluso cuando realice actividades de investigación o formación de otros facultativos
En este contexto surgen conflictos de prioridades que el facultativo tiene que resolver «a favor de los intereses de los pacientes», según recuerda la Asociación Médica Mundial (AMM) en su informe Declaración sobre conflictos de intereses, que ha sido publicado después de su última Asamblea General celebrada el pasado octubre en Nueva Delhi (India).

Como punto de partida la AMM señala que «no hay nada inherentemente antiético en los conflictos de intereses en medicina, pero es la manera en que son abordados lo que es crucial».

En el caso de los médicos-investigadores, el organismo internacional se refiere a la Declaración de Helsinki, que señala que «en la investigación médica en seres humanos, el bienestar de la persona que participa deber tener siempre primací­a sobre todos los otros intereses». Para que esta declaración sea más fácil de respetar, la AMM recuerda que la información sobre los pacientes que participan en los ensayos clí­nicos no debe ser revelada sin su consentimiento.

La actividad investigadora tiene unos lí­mites de remuneración para el facultativo que la declaración del organismo internacional establece en que no debe superar el ingreso médico perdido (que se interpreta como el dejado de percibir por sus labores asistenciales). Además, los médicos investigadores no deben tener intereses financieros en una compañí­a que patrocine un ensayo cuando tal interés financiero esté condicionado positivamente o negativamente por los resultados de dicho estudio.

El criterio profesional independiente debe regir la actividad del facultativo tanto en su faceta de investigador como en la sanitaria, recuerda la AMM, que señala que «no hay que permitir que intereses ajenos puedan influenciar las decisiones de carácter clí­nico (ni siquiera tener la menor posibilidad de hacerlo)».

Existe una tendencia creciente de que los profesionales sanitarios asuman otras funciones y sirvan a otros intereses distintos a la práctica clí­nica de la medicina y al cuidado directo de los pacientes. Esta realidad requiere una observación más cuidadosa sobre el interés principal que debe regir la actividad del médico, que, según deja claro la AMM en su declaración, siempre deber ser el paciente.

Fuente: Diario Médico

Deja un comentario