Miles de obstáculos en pleno centro

El Comercio

El estudio realizado por la Fundación ONCE para el Ayuntamiento en más de doscientas calles formará parte del futuro plan de accesibilidad universal

Aceras estrechas y pasos de peatones sin pavimento táctil son los problemas más comunes

Han examinado palmo a palmo, durante seis meses, 229 calles de Cimadevilla, el centro y Laviada. Una extensión de 136 hectáreas en la que han revisado cada acera, cada desnivel, cada objeto del mobiliario urbano. Para concluir que en el corazón de Gijón hay más de mil obstáculos -algunos de pequeña envergadura, otros que ocasionan importantes trastornos- que dificultan la vida de las personas que sufren determinadas discapacidades. O mil situaciones que, con ciertas mejoras, ayudarían a facilitársela. La Fundación ONCE ha elaborado, por encargo del Ayuntamiento de Gijón, un estudio de accesibilidad en las vías públicas del distrito centro que, previo paso por los grupos de trabajo que se formen en el Consejo Sectorial de Personas con Discapacidad y tras sumar los informes aún pendientes del resto de distritos de Gijón y el realizado por Cocemfe sobre barreras arquitectónicas en edificios públicos, servirá de base para la elaboración del futuro Plan de Accesibilidad. El estudio no solo resalta los defectos, sino que plantea propuestas de intervención, prioritarias según el caso.

Los pasos de peatones se llevan la palma. Dentro del área analizada, los técnicos han detectado 987 puntos susceptibles de mejora (en la mayoría de las ocasiones dos o tres puntos corresponden a un mismo paso, al encontrar defectos en ambas aceras e incluso en el paso sobre la calzada). En 97 de estos casos la intervención se considera prioritaria ante la ausencia de un bordillo rebajado que facilite el paso de sillas de ruedas o de personas con dificultades motoras. De ellos, en 92 se propone una reducción del bordillo y en los cinco restantes, dado el gran flujo peatonal que soportan, se aboga por elevar el paso de cebra hasta situarlo al mismo nivel que las aceras. Otros 44 pasos peatonales también se consideran prioritarios dado que carecen de señalización o tienen un pavimento inaccesible. Es el caso de muchos ubicados en Cimadevilla, que están pintados sobre adoquines «con resaltes». Los técnicos proponen colocar en su parte central un pavimento continuo antideslizante. Hay además 846 vados peatonales que sí son accesibles a personas con movilidad reducida, pero carecen de un pavimento táctil -con superficie de botones o similar, diferenciada de la de su entorno- que permita a los invidentes identificarlos-. Aunque su adecuación no se considera prioritaria, sí es «necesaria».

También se advierte de las dificultades que representan para las personas invidentes los pasos de cebra en diagonal, que dificultan su orientación, y de la ausencia de avisadores acústicos en los ocho semáforos del cruce entre Carlos Marx y la carretera Vizcaína.

Pavimento continuo

Otro importante caballo de batalla del estudio son las aceras estrechas, esto es, las que tiene una anchura inferior a 1,5 metros, y en algún caso incluso por debajo de 1,2 metros. En casi todas las calles de Cimadevilla y en otras como Melquiades Álvarez, Contracay, Santa Elena, San Antonio, Numa Gilhou, Almacenes, Cervantes, Linares Rivas y determinados tramos de San Bernardo y Begoña se propone crear una plataforma única, esto es, poner aceras y calzada al mismo nivel. En otros casos, como diferentes tramos de La Merced, Santa Ana, Príncipe, Doctor Bellmunt, Cabrales, San Luis y Enrique Martínez la solución que se plantea es ensanchar las aceras. En ocasiones las aceras estrechas se combinan con elementos que entorpecen el paso y que el estudio propone retirar, y que van desde papeleras hasta surtidores de gasolina.

En lo que respecta a rampas y escaleras, se recomienda la colocación de barandillas de sujeción. En algunos casos, como en las que bajan a los pantalanes del muelle o al aparcamiento subterráneo de Begoña, se propone la instalación de una pequeña franja de pavimento táctil sobre el escalón superior, para alertar de su presencia a las personas invidentes y evitar así caídas accidentales. Bolardos, jardineras inadecuadas o alcorques sin cubrir son otros riesgos de los que alerta el estudio.

Escaleras. El estudio recomienda dotar de barandillas algunos de estos pasos, como el que sube a la iglesia de San Pedro.

Aceras estrechas. Plantea ensanchar algunas y en varias calles de Cimadevilla y El Carmen, optar por una plataforma única.

Jardineras. Propone modificar algunos modelos, como el de la imagen, para facilitar que sean detectadas por los invidentes.

Vados peatonales. Se han detectado 846 pasos sin pavimento de guía para invidentes y 92 sin bordillos rebajados o defectuosos.

Pasos de cebra. Considera prioritario colocar un pavimento continuo en los ubicados sobre calzadas de adoquín, para facilitar el paso.

Bolardos. Los de la imagen tienen altura insuficiente, no contrastan con el pavimento y además entorpecen el acceso al paso de cebra.

Contenedores. Algunas islas de reciclaje, como esta de la avenida de la Constitución, tienen un resalte que dificulta el acceso.

Fuente: www.elcomercio.es

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