Pelayo Bernardo, a la izquierda, y Monchi ílvarez, recogiendo su premio en Motiva de 2009. :: MARíA PEQUEí‘O
Fue su trabajo de fin de carrera, pero la idea de los avilesinos Pelayo Bernardo y Monchi ílvarez para lograr que los invidentes ‘vean’ las imágenes de una pantalla de ordenador ha demostrado tener la suficiente importancia para lograr ser finalista en el premio internacional James Dyson, convocado por la fundación creada por el ingeniero y diseñador británico homónimo, creador de la primera aspiradora sin bolsa del mundo.
El nombre de la propuesta premiada es ‘Etouch’ y surgió como un proyecto de fin de estudios en la Escuela Superior de Arte del Principado de Asturias, con sede en Avilés. «Con nuestra idea queríamos responder a la necesidad que tienen las personas ciegas para poder ‘ver’ las imágenes de la pantalla de un ordenador», explica Pelayo Bernardo.
Ambos estudiantes encaminaron su trabajo de fin de estudios en la especialidad de Diseño de Producto. Plantear su prototipo no fue una tarea sencilla. Debían demostrar que existía una respuesta para el problema que ellos trataban de solucionar y, además, se podía llegar a producir industrialmente.
«Hicimos una profunda investigación para dar con la tecnología necesaria para poder hacer el proyecto, consiguiendo documentos de congresos coreanos de tiflotecnología, estudiando patentes y casos de I+D parecidos, entre otros, que buscaban resolver el mismo problema», recuerdan ambos diseñadores.
Finalmente, su propuesta se concretó en el ‘Etouch’, una tableta que se conecta al ordenador mediante un puerto USB y que elabora en tres dimensiones las imágenes que, en ese momento, se encuentran en la pantalla. A través del tacto, el ‘invidente’ percibe la imagen.
Varios reconocimientos
Los profesores de la Escuela Superior de Arte expresaron el máximo apoyo a la idea, logrando la segunda nota más alta de los proyectos de fin de carrera en la historia del centro. No fue la única alegría que les dio el ‘Etouch’. También fueron premiados dentro de las Jornadas de Motiva de 2009. Así decidieron concurrir a la convocatoria de la Fundación James Dyson, la más importante del mundo para jóvenes ingenieros y diseñadores industriales.
«Nos presentamos para medirnos a nivel mundial con otros diseñadores industriales y conseguir el reconocimiento necesario para poder continuar con el desarrollo del proyecto, ya que a todo el mundo le parece genial en Asturias, salimos en bitácoras especializadas y tecnológicas. En la Escuela de Arte se echa un poco de menos el hacer un portfolio, conseguir proyectos competentes a escala nacional e internacional siendo estudiante. Como otros diseñadores y arquitectos es ahora cuando puedes competir y desarrollar tus habilidades compitiendo en los concursos», dicen.
FUENTE: El Comercio Digital