Una docena de museos barceloneses rompen el tópido de mirar sin tocar

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Un bloque de lignito que ayuda a percibir la textura de ese mineral, la maqueta de un edificio modernista, una ánfora de vino o las firmas de Jacint Verdaguer o Manolo Hugué en relieve son algunos de los objetos que se pueden tocar en museos que rompen el tópico de mirar sin tocar.

La Red de Museos Locales de la Diputación de Barcelona, asesorada por la ONCE, ha montado un equipamiento en doce museos que presenta como «la mirada táctil» con la intención de facilitar el acercamiento de la ciudadaní­a a los fondos museí­sticos.

La experiencia multisensorial, según han informado a EFE fuentes de la Diputación de Barcelona, no sólo pretende acercar los fondos museí­sticos a personas que antes se quedaban al margen sino también ofrecer una nueva forma de conocimiento para todos los visitantes.

En un «mueble museográfico», una especie de mesa o mostrador formado por un plafón y una peana, dispuesto en cada uno de los museos, se muestran diferentes objetos que transmiten los contenidos del museo y que se pueden tocar.

La instalación está expresamente diseñada para facilitar el acceso a ella en silla de ruedas y su lectura en braille, gracias a la superficie reclinada que tiene.

En el plafón se encuentra la información escrita en grandes caracteres para los visitantes con problemas de visión y una cartela en braille con toda la información del plafón, así­ como de las leyendas de los objetos expuestos.

Los museos de la provincia de Barcelona que actualmente disponen de ese equipamiento son el Centro de interpretación del Patrimonio Molí­ d’en Rata (Ripollet), el Museo Vinseum (Vilafranca del Penedí¨s), el Museo Thermalia (Caldes de Montbui), la Casa Museo Verdaguer (Folgueroles), el Museo de Granollers, el Museo de Terrassa, el Museo de les Mines de Cercs, el Museo Ví­ctor Balaguer (Vilanova i la Geltrú), el Museo de Manresa, el Museo de Sant Boi de Llobregat, el Museo y el Parque Arqueológico Mines de Gaví  y el Museo Can Tinturé (Esplugues de Llobregat).

En el caso del Museo de Terrassa, centrado en la interpretación del patrimonio modernista de la ciudad, se explora con el tacto de una maqueta, el espacio volumétrico de la sede del museo, uno de los edificios más representativos de ese estilo arquitectónico, y reproducciones de 47 aperturas exteriores de diferentes formatos, desde vidrieras de la tribuna del jardí­n a rejas de ventanas y balcones.

n la Casa Museo Verdaguer el muevo equipamiento museográfico presenta una lectura táctil del Jacint Verdaguer niño, viajero y poeta con su busto y su rúbrica en relieve como elemento para conocer sus facciones y caligrafí­a y acercarse a la dimensión humana del autor de L’Atlí ntida (1876).

Thermalia recrea al tacto la personalidad y técnica escultórica de Manolo Hugué con un busto realizado en 1945 que permite conocer las facciones del escultor así­ como también su firma en relieve o la reconstrucción del proceso creativo y técnica escultórica de la cera perdida hasta que se convierte en escultura definitiva.

El módulo multisensorial del Museo de las Minas de Cercs presenta una aproximación al paisaje, la materia y la sociedad minera de la comarca del Berguedí  con una maqueta geológica del yacimiento paleontológico de Fumanya Sud o un bloque de lignito de la mina de Sant Romí  que ayuda a percibir la textura, la dureza y la temperatura del carbón de Berga.

En Vinseum, Museo de las Culturas del Vino de Cataluña, de Vilafranca del Penedí¨s, el nuevo módulo propone una degustación táctil a partir de la exposición de una bota de piel, una herramienta de poda, un porrón y una ánfora que evocan los cuatro sabores primarios del vino: dulzura, salobridad, acidez y amargura.

Fuente: EFE

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