Nueva vida para el ojo humano mediante tecnologí­a

sirtuina

Una nueva investigación en el campo de la cirugí­a ocular ha mostrado que mediante el empleo de córneas biosintéticas se puede regenerar y reparar tejido ocular dañado y mejorar significativamente la vista de un paciente.

En el estudio, publicado en la revista Science Translational Medicine y financiado en parte por una beca comunitaria Marie Curie para beneficiarios de terceros paí­ses, indica que la optimización de estos implantes podrí­a suponer una alternativa segura y eficiente al trasplante de córneas donadas.

Los pacientes que precisan una sustitución de tejidos dañados para curar una ceguera corneal dependen de donaciones de córneas humanas. No obstante, la disponibilidad de este tipo de órganos es extremadamente baja.

En este sentido cientí­ficos del Instituto de Investigación del Hospital de Ottawa (OHRI, dependiente de la Universidad de Ottawa, Canadá), la Universidad de Linkí¶ping (Suecia) y el grupo FibroGen Inc. (Estados Unidos) realizaron un ensayo preclí­nico con diez pacientes con el fin de hallar formas de utilizar córneas biosintéticas que faciliten la regeneración de tejidos endógenos (generados por el propio organismo) y eviten la necesidad de una donación.

Sorprendentemente, los resultados del experimento mostraron que ninguno de los pacientes mostró rechazo y no se precisó supresión inmunológica generalizada, al contrario de lo que se observa, tí­picamente, en los trasplantes de donaciones humanas.

«Los implantes biosintéticos permanecieron firmemente integrados y sin irrigación vascular [no asociados a vasos sanguí­neos] durante 24 meses tras la cirugí­a sin necesidad de emplear terapia inmunosupresora con esteroides a largo plazo, necesaria en alotrasplantes tradicionales», indican los autores.

Los investigadores indicaron también la presencia de regeneración nerviosa y el restablecimiento de la sensibilidad al tacto.

«Este estudio es importante porque por primera vez muestra que una córnea fabricada artificialmente puede integrarse en el ojo humano y estimular la regeneración de los tejidos», señaló la Dra. May Griffith, del OHRI y la Universidad de Linkí¶ping y principal autor de la investigación. «Con más investigación, esto podrí­a permitir restaurar la vista a millones de personas que esperan un donante para un trasplante de córnea»

El desarrollo de córnea biosintética está desde hace más de diez años en el foco de la investigación biomédica. La Dra. Griffith y sus colegas comenzaron produciendo colágeno en el laboratorio y le dieron forma de córnea.

La Dra. Griffith colaboró a continuación con el Dr. Per Fagerholm, un oftalmólogo de la Universidad de Linkí¶ping para presentar a la comunidad el primer implante de córnea biosintética para humanos del mundo.

El trabajo contó con un ensayo clí­nico en el que participaron diez suecos con queratocono avanzado (condición en la que la córnea, normalmente redonda, se debilita y presenta irregularidades) o cicatrices en el centro de la córnea. Cada uno de los pacientes recibió una córnea biosintética y los cientí­ficos descubrieron que dos años después de someterse a cirugí­a habí­an crecido en los implantes células y nervios de las propias córneas de los pacientes. La córnea «regenerada» presentaba una apariencia normal y poseí­a tejido sano.

Los cientí­ficos descubrieron que las córneas biosintéticas además de generar lágrimas normales, manteniendo la oxigenación del ojo, también se volví­an sensibles al tacto. Un total de seis de los diez pacientes presentaron mejoras en la visión vista.

«Estamos muy motivados por estos resultados y el gran potencial de las córneas biosintéticas», indicó el Dr. Fagerholm. «Nuevas mejoras y modificaciones en el biomaterial y las técnicas quirúrgicas están en marcha, y se están planteando nuevos estudios para extender el uso de la córnea biosintética a otras enfermedades de la vista que precisen trasplante.»

Para más información: Acciones Marie Curie, Instituto de Investigación del Hospital de Ottawa (OHRI) y Universidad de Linkí¶ping.

Fuente: Cordis

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