
Un año más, provenientes de la mayoría de comunidades españolas, afectados por retinosis pigmentaria y otras enfermedades afines, junto con sus familiares, se reunieron para visitar las ciudades de Baeza y íšbeda, ambas declaradas Patrimonio de la Humanidad.
Tuvo también el viaje una parte campestre al acercarse al Parque Natural de Cazorla entrando precisamente por esta localidad jienense y donde se pudo hacer un pequeño trayecto de senderismo a orillas el río Guadalquivir.
El resto del tiempo fue dedicado a contemplar las maravillas de estas dos localidades, importantes en la historia de España y, disfrutar de su gastronomía amén, de cómo no podía ser de otra manera, de sus aceitunas y su aceite.
Ni tan siquiera el fuerte calor mitigó las ganas de pasarlo bien y disfrutar de los participantes en este evento anual subvencionado por el IMSERSO.