Cuentan las crónicas, y nosotros lo recordamos cada año, que una estrella fuera de lo común guió a los Reyes Magos en su largo camino hacia la ciudad de Belén, donde iban a conocer a un recién nacido, que creían sería el salvador de la humanidad. Estos tres personajes consiguieron su objetivo de presentarles sus ofrendas a esa criatura, gracias a su constancia en el seguimiento de aquella estrella, en la que habían depositado su confianza.
FUNDALUCE es nuestra estrella. Ella nos llevará a nuestro destino: vencer la ceguera, tanto en sus aspectos físicos como en los aspectos invalidantes psicológicos y sociales que los complementan.
Melchor, Gaspar y Baltasar confiaron en su estrella y se pusieron en marcha, dejando la tranquilidad de sus casas, poniendo en juego su prestigio ante las ironías de sus conocidos por aquella historia de la estrella, gastando sus riquezas en un viaje peligroso e imprevisible, confiando en que la bondad de su intuición fuera real al final de un tiempo desconocido.
- ¿Seremos nosotros capaces de seguir nuestra estrella en FUNDALUCE?
- ¿Estamos dispuestos a aportar nuestras capacidades para que la Fundación de Lucha contra la Ceguera actúe realmente como esa guía llena de esperanza que necesitamos?
- ¿Pondremos, realmente, en juego nuestro prestigio por expresar nuestra confianza en que el trabajo de FUNDALUCE en la búsqueda de soluciones a las enfermedades degenerativas de la retina va a tener éxito?
- ¿Colaboraríamos activamente en generar recursos económicos para que la Fundación lograse sus objetivos, tanto en la investigación del diagnóstico como en las posibilidades de terapias, dirigidas ya a la regeneración de funciones visuales perdidas ya hacia la detención de la evolución degenerativa de las enfermedades de retina?
Volvamos a aquellos años de inocencia y démosle una nueva oportunidad a la estrella de Navidad. Seguro que no nos arrepentiremos. ¡Feliz FUNDALUCE!